Es posible,
sean los amenes generosos,
el equilibrio de las nueces,
la miel y el trigo.
Es posible.
¡Qué se acabe el desierto
en el alma del guerrero
y del hambriento!
¡Qué un ojo de agua amazónico
los colme de amores y broten
ríos portentos de recién nacida humanidad
en la mirada de las almas!