Siempre había soñado con visitar Dos Ríos, en la confluencia de los ríos Cauto y Contramaestre, donde murió José Martí en una batalla. Sorprendentemente nuestro guía turístico nunca había ido a este importante sitio histórico. Ni él ni ninguno de sus amigos guías, lo que me sorprendió mucho.
Allí encontramos un enorme estacionamiento vacío. Una empleada bajaba la bandera para que no se mojase si llovía. Fue grande la emoción de llegar al Obelisco ubicado exactamente donde cayó el Apóstol.Voces Emergentes
Oscar López Rivera en Cuba: crónica visual de una visita
SIMPLEMENTE, EBENECER LÓPEZ RUYOL
Mi último encuentro con Don Pepe Ferrer Canales
Aquella noche me despedí de Don Pepe Ferrer Canales sin imaginar que sería la última vez que lo vería.
Tras terminar un recital de textos martianos en la Casa Aboy, Don Pepe, junto a su inseparable compañera, la profesora cubana Doña Ana Hilda Betancourt, se me acercaron para decirme que iban a Cuba a renovar sus votos matrimoniales en Santiago de Cuba.En la UPR, el “Sur” también existe: una respuesta por la inclusión
Una vez más surge la amenaza de cierre de recintos de la Universidad del Estado. Aunque realmente esa amenaza nunca ha desaparecido, pues ha estado presente por los últimos 20 años cual espada de Damocles sobre nuestras cabezas. Sólo que ahora tiene el eufemístico nombre de conglomerados o “hubs”. No es sorpresa. El consistente vaivén de la amenaza nos ha llevado a lidiar día a día con la punzante incertidumbre. Tampoco debería sorprender que algunos profesores de los llamados recintos grandes continúen manifestando rechazo y menosprecio por sus compañeros profesores de “recintos satélites”. Esto porque, si como reza la consigna, en verdad somos 11 RECINTOS UNA UPR, en el sentido más estricto del término, somos compañeros.
El 24 de octubre de 2018, pulsoestudiantil.com (https://www.pulsoestudiantil.com/rum-levanta-serias- dudas-sobre-el-plan-de-conglomerados-de-la-upr/) reseñó la recién iniciada gira artística del vicepresidente de la UPR, Dr. Ubaldo Córdova Figueroa, y su visita a los dos primeros recintos (RUM y UPRAg). A raíz de ello, el Dr. Félix Fernández, del Departamento de Física del RUM, argumentó lo siguiente como oposición al plan de los conglomerados: “La calidad de enseñanza en el RUM, donde se enfatiza la investigación científica, se verá perjudicada por la llegada de profesores de menor calibre académico, provenientes de recintos satélites”. No me queda claro el contexto de su expresión, pero no es la primera vez que se hacen comentarios de tal naturaleza. Tampoco es la primera vez que se ponen en duda nuestras capacidades.
¿Qué, entonces, me motiva a reaccionar? Dos puntos, el primero y más importante: semejante aseveración pone en entredicho la preparación de los alumnos, y el segundo, menos importante y más personal, estoy hasta la coronilla de comentarios de esa índole.
Más de la mitad de mi vida la he vivido en la UPR y me siento orgullosa de ello.
Por mis venas corre “sangre verde”, pues mi bachillerato y mi maestría son del RUM. Que alguien me explique entonces mi menor calibre cuando soy producto del Colegio. Si hoy no estoy enseñando en mi alma máter no creo que se deba a mi calibre (a propósito de este vocablo, ninguna de las definiciones del diccionario de la RAE alude a cualificación o preparación académica), sino a mezquindades y envidias de algunos colegas del Departamento al cual pertenecí. (Esto sería ya harina de otro costal y agua pasada no mueve molino.)
El documental Cuban Food Storie
Cuban Food Stories tiene un título que podría hacer pensar que se trata de un programa estilo Food Network y no es así. Si bien la comida es un tema central del documental, en realidad Cuban Food Stories es una carta de amor sobre cómo viven y sobreviven cubanos de sitios costeros, lugares montañosos y poblaciones cuyas tradiciones son diversas, al igual que sus comidas.
Hace 40 años se reunieron los cineastas boricuas en el ICP
Clara Luisa Forestier Chauluissant nuestra primera reina de belleza negra
En una conversación que sostuve recientemente con Daniel Nina salió a relucir el nombre de mi amada Clara Luisa Forestier Chaluissant. Clara fue un grandioso ser humano que en su época hizo historia al ser la primera afrodescendiente en ser coronada reina de un club social en la ciudad de Mayagüez. Clara Luisa contaba en ese momento con 22 años.