De repente sientes que levitas sobre las aguas, que vibras en alegría y que la energía de vida está bien alta. Esas son sensaciones que se sienten cuando se experimenta el amor. La energía del amor no tiene edad, no tiene límites, es armónica y reconstituyente. Cada ser humano tiene una estructura energética que es necesaria para mantener el equilibrio del cuerpo.
Todos los seres vivos intercambiamos energía. Este intercambio es bien perceptible a través de nuestras emociones. La energía de amor, particularmente, es una energía con una frecuencia vibratoria tan elevada que cuando conectamos con otra persona en la misma frecuencia, ese intercambio energético se manifiesta en nuestro cuerpo físico, nuestras actitudes, formas de ver la vida, optimismo, alegría, salud, felicidad. Por lo tanto, para generar amor y mantener una salud holística balanceada no solo debamos ocuparnos de nuestro cuerpo físico sino también de nuestro cuerpo energético.